quinta-feira, 5 de julho de 2007

Vida

Me fue donado el amor que divido en dos,
como si fuera desconocido me presenté,
ella vestía ropa de oro, sandalias de plata,
pero era sólo amor, no precisaba nada.


Coloqué venda en los ojos de mi ayer,
borré las falsas bellezas que me engañaron,
robè algunos de tus mañanas, dije que era sol,
besé sí y calenté, era noche y adormecimos.


Traje de la mujer la niña asustada por lo oscuro,
la recosté en mis piernas y le conté de la soledad,
mostré el mirar de alegría, hice tocar la tierra,
hablé del corazón que antes era polvo y ningún sentimiento.


Intenté hablar de los límites, del tiempo, de las edades,
nacimos como si fueramos mariposas,
en un capullo ridículo, una casa mal hecha,
con un poco de color el viento viene y lo lleva para el cielo.


Somos un nada y a la nada volveremos a ser,
hacemos el amor como se pasan los años,
como agua que desciende la cascada sin mirar donde va caer,
somos luz que atraviesa la negra noche hasta el amanecer.


No comulgue con lo prohibido, aún el beso,
róbalo si tienes voluntad, dóna si te enamoras,
jamás atravieses el camino del amor, no pares,
agárralo, ámalo como es, como si fuera solamente tuyo.


Allá viene la noche y el fin de la historia ,
allá van los hombres caregando cada uno una alza fría,
lleva fuera la vida para muerte, y, el amor queda,
como todo lo que es eterno, el hombre es el hecho prohibido.